Todas las historias tienen un principio y hace unos años, los integrantes de la tercera generación de la familia Peique, Mar, Jorge y Luis, decidieron rendir homenaje a su padre elaborando un vino que llevara su nombre. Un reconocimiento al esfuerzo de Luis Peique cuyo conocimiento ha sido decisivo para el desarrollo paciente del proyecto de la bodega y de la familia.
Luis Peique llega al mercado después de permanecer dieciséis meses en barricas de quinientos litros de roble francés. Un vino de carácter longevo y maduro, procedente de viñedos de noventa años de la variedad Mencía que aportan calma y serenidad a los vinos de la bodega.
El proyecto de Bodegas Peique surgió en 1999 cuando las tres generaciones de la familia apostaron por un compromiso sostenible con la vida y se unieron en una aventura empresarial en el pueblo que los vio nacer y criarse entre viñas y barricas.
La producción media de la bodega ronda los 230.000 kg de uva y elaboran siete tipos de vinos diferentes, singulares, con el ímpetu propio de la tierra y de la familia Peique. Un blanco, un rosado, un joven y cuatro vinos tintos con diferente tiempo de envejecimiento en barrica.
El packaging de Luis Peique nos muestra el camino, el vínculo con la tierra que existe detrás de cada vino; el origen como factor imborrable y decisivo. Un vino que lleva tu apellido tienes que quererlo mucho, afirma Jorge Peique, el Director Técnico de la Bodega.