Hay añadas que marcan la diferencia. Lo hemos comprobado con el paso del tiempo desde que iniciamos la aventura enológica en la bodega de Valtuille de Abajo, en El Bierzo.
Creemos en lo que hacemos, en las uvas que cultivamos, en los pasos que hemos dado y el propósito que nos fijamos desde el inicio. Un propósito variable, adaptado a los nuevos objetivos pero sin perder el rumbo, aquello que nos hace pensar y reflexionar, la viticultura por principio.
Hemos conseguido reconocimientos, puntuaciones y medallas en diversos concursos y publicaciones. Les damos la importancia que se merecen y para la familia Peique siempre son un motivo de celebración.
Tres de nuestros vinos del Bierzo ha conseguido tres Medallas de Oro en la reciente edición del concurso Vino Supremum celebrado la semana pasada en el Aula Española de Cata en Madrid, y en la categoría de vinos tintos con más de doce meses en barrica.
Peique Viñedos Viejos, Peique Selección Familiar y Luis Peique han sido los vinos galardonados en el concurso. Una puesta en valor de la vitivinicultura del Bierzo, de cómo la Mencía crece en las barricas de roble francés que utilizamos en la bodega y el factor de calidad inexcusable, el origen, los suelos donde las plantas se desarrollan. Cepas de más de setenta años que aportan el conocimiento necesario para la creación de un concepto y una marca duradera.
Sin duda, la distinción de la añada dos mil catorce, el recuerdo de una vendimia fresca, del equipo de la bodega y los miembros de la familia. Las decisiones en torno a la medianoche y la selección de las uvas, la orientación y el pensamiento del resultado futuro sin estar de espaldas a los consumidores y al mercado. Y sabiendo que Peique es más que una marca, es una forma de vida, la firmeza del apellido de una familia en El Bierzo.
Si os preguntáis porqué estos vinos y no otros, cómo los definiríamos para entender el éxito de los mismos, la fluidez de las palabras y el entusiasmo de un comité de cata que aúnan sus puntuaciones para hacer que El Bierzo brille en lo más alto del panorama vinícola internacional. Solo podemos deciros que para nosotros son vinos que hablan de nosotros mismos y manifiestan su carácter y potencial de diferenciación, la disciplina en el cultivo y la presencia evocadora de un territorio, del paisaje berciano como valor indiscutible.