Hace unas semanas os comentamos que nuestros vinos del Bierzo habían sido seleccionados para celebrar un encuentro gastronómico español en el Instituto Cervantes de Tokio.
El tiempo pasa que no nos enteramos y entre un viaje y otro, la poda del viñedo y el embotellado de los nuevos vinos Peique, llegó la fecha de la celebración del evento en la capital nipona. ¡Ya llegó el 5 de febrero!
Un encuentro intimista donde la formación sobre la cultura gastronómica española y los vinos del Bierzo fueron el eje conductor de la jornada. Se presentaron los quesos de Monte Enebro, el jamón ibérico de Salamanca y los vinos que nuestra familia elabora en Valtuille de Abajo, en un pueblo de no más de doscientos habitantes en El Bierzo.
Si nos detenemos a valorar la puesta en escena nos gustaría compartir con vosotros una reflexión. Aún nos queda una gran labor que desarrollar al sector vitivinícola español para conquistar los mercados internacionales y hablar el lenguaje de los sentidos de los países cuya cultura difiere más de la nuestra.
Hablar de las uvas que tanto amamos, de la Mencía y la Godello, a un público que poco a poco va comprendiendo la riqueza del patrimonio vitícola con el que trabajamos en El Bierzo, es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos.
La comunicación como base para el desarrollo intelectual de los consumidores de vinos, el concepto y el mensaje. Debemos romper las reglas y salirnos de lo cotidiano. ¿Cuál es nuestra propuesta de valor? ¿Cómo lo queremos contar?
Nosotros lo tenemos claro. El viñedo del Bierzo tiene un valor único. Tenemos que transmitir el patrimonio natural donde vivimos y desarrollamos nuestra actividad.
¿Recordáis cuando los consumidores decían que los vinos del Bierzo eran ácidos? Ahora la acidez está de moda y jugamos con ella porque es un bien preciado que conseguimos de las uvas que cultivamos. Estamos en el noroeste, en una valle fértil y rico en productos agroalimentarios. Somos el espejo de referencia, el lugar donde otros se fijan.
El origen marca el devenir de un territorio y en Peique estamos felices de haber nacido en El Bierzo.