Estamos a punto de cambiar los dígitos en el calendario. ¡Es Navidad! De cerrar un ciclo y abrir otro en El Bierzo. Mientras tanto, los vinos siguen su propio camino en la bodega.
La cosecha 2018 ha sido como una corriente de aire, un respiro, después del año precedente. Como recordareis -nosotros nunca lo olvidaremos- 2017 fue adverso, terriblemente complicado en el viñedo del Bierzo. Las heladas y la sequía fueron fenómenos devastadores. Pero las vides son resistentes, tienen una capacidad de adaptación increíble y este año han dado el todo por el todo.
Septiembre llegó con una meteorología positiva después de un verano fresco y húmedo, la maduración de la Mencía fue lenta. ¡Ganamos en frescura! Seleccionamos la uva de cada parcela en función de la madurez y establecimos un calendario de recolección ajustado a las necesidades del viñedo.
Los vinos tintos en la bodega evolucionan despacio al ritmo del invierno. No tenemos prisa para hallar la expresión de la Mencía. Cada depósito necesita su tiempo para crecer y madurar. Las noches gélidas del invierno en El Bierzo son necesarias para fomentar el reposo de los vinos, su afinamiento.
Continuamos ampliando la familia Peique. Recorremos nuevas ciudades y países, cruzamos océanos como si fuéramos exploradores. Conocemos personas cada vez más formadas en el mundo del vino. El conocimiento es enorme, la comunicación abierta y el acceso a la información son puntos de partida para aprender y formarse.
FELIZ NAVIDAD DESDE VALTUILLE
La Navidad la pasaremos con nuestros padres en Valtuille. ¡Les encanta disfrutar de sus nietos! Compartiremos las anécdotas del último año y al recuerdo regresarán otras del pasado. Abriremos un botella de Peique Godello de la cosecha 2018. ¡Recién embotellado! Y también escogeremos alguno de los vinos que guardamos en la bodega a favor del tiempo. Vinos que tienen sabor a origen. A Valtuille. Aromas familiares a la tierra y a las amistades. Vinos de familia en El Bierzo.
¡Felices Fiestas!