Peique Garnacha Tintorera, un vino que colorea El Bierzo

Peique Garnacha Tintorera | Bodegas Peique

Llevábamos unos cuantos años con la idea de elaborar un vino de Garnacha Tintorera y desde hace unos días el Peique Garnacha Tintorera es una realidad.

Seguro que ya habréis visto alguna foto del vino y muy pronto empezaremos a venderlo en nuestra tienda online. Es una producción limitada de tan solo 700 botellas, casi un capricho enológico y vitícola que contribuye a que amemos cada día más lo que hacemos.

La Garnacha Tintorera está plantada en los viñedos de la familia Peique desde hace más de ochenta años y de un modo heterogéneo en distintas parcelas entre las cepas de Mencía. Una variedad, cuya pulpa violácea es característica, fue utilizada para teñir los vinos cuando estos se vendían a granel y por la intensidad de la capa visual.

Cómo han cambiado la percepción, las sensaciones del mercado y el consumo. También han evolucionado las técnicas de cultivo y la enología. No nos olvidemos de dónde está el origen y la diferenciación: en el viñedo. Y es ahí precisamente cuando nos gusta empezar a contar nuestra historia, en el lugar que frecuentaba nuestro abuelo Ramón Valle, junto a la tierra y las cepas.

Imaginaros el viñedo del Bierzo, las laderas orientadas a los cuatro puntos cardinales, un mar de vegetación y los pueblos como el nuestro donde se elabora vino desde tiempo inmemorable. Las cepas de Garnacha Tintorera tienen una vegetación más oscura que la Mencía. Los nervios de las hojas se tiñen de rojo, como los ríos de sangre de la memoria, cuando llega la época de la maduración. Es una uva robusta y potente, con acidez y salvaje. Necesita domarse con el paso del tiempo.

Uva garnacha tintorera | Bodegas Peique

Características del Peique Garnacha Tintorera

Peique Garnacha Tintorera es un vino de la cosecha 2011 elaborado con esmero. Criado en silencio en barricas de quinientos litros de roble francés durante veinte meses. Posteriormente, reposa veinticuatro meses en botellero antes de salir al mercado.

Es un vino longevo y mineral que nos recuerda a la tierra donde hemos nacido, a la tradición y a la familia, a los sabores y aromas que recordamos de otro tiempo y el mismo lugar.

Si nuestro abuelo catara este vino, le gustaría comprobar cómo las enseñanzas que nos contó cuando íbamos a podar o vendimiar se han transformado en un líquido que tiñe las manos y colorea las ilusiones de un nuevo sueño. Estamos seguros que no será el último.

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