Se acerca el fin de semana y parece que el frío ha llegado para quedarse. Cada vez están más cerca las reuniones familiares, las cenas con los amigos de toda la vida, con la gente del pueblo, de Valtuille. Nos comienzan a surgir las dudas de qué vamos a cocinar. Repetiremos el menú de otros años o pondremos en marcha nuestra creatividad.
En otro post os hablaremos de los menús navideños y de los vinos para ocasiones concretas. Pero hoy os queremos contar o facilitar la labor de qué vino elegir cualquier día de la semana y en especial si es domingo.
No cabe duda que lo más fácil es encontrar un vino estrella para una comida inusual, aunque también tiene su factor complejo. Debemos conocer los vinos, nuestro público y sobre todo el valor de la sorpresa.
El punto de encuentro, la armonía o el maridaje es una de las claves cuando decidimos qué comer o qué beber. Ya sea en casa o en un restaurante; deberemos elegir. Y para fomentar nuestra capacidad de elección tendremos que tener una formación o dejarnos aconsejar por las personas que saben.
La formación se adquiere probando vinos de diferentes lugares y diversas elaboraciones. Entendiendo el cómo de los mismos más que el qué. Debemos tener la mente abierta. ¿Os acordáis de los vinos del Bierzo hace veinte años? Nada tenían que ver con la variedad y el aporte de diferenciación que tienen ahora mismo.
La restauración no apostaba por la Mencía y la Godello era una variedad inexistente en nuestra zona. Premiaba el Palomino o Jerez y algunos focos de Doña Blanca. Hubo bodegas pioneras y nacieron personas que poco a poco y con cautela lanzaron El Bierzo al lugar donde nos encontramos ahora mismo.
Somos porque fuimos en otro momento. Aprendimos y encontramos el camino para dar continuidad al cultivo del viñedo y estar en el sendero hacia el reconocimiento de una zona de producción.
En El Bierzo se nos conoce por ser amigables y la dinámica que existe entre las diferentes bodegas es palpable en cualquier ambiente, feria o evento al que asistamos.
Y si nos preguntáis, ¿me recomiendas un vino para el próximo domingo? Os contestaríamos: dejad que vuestra intuición juegue un papel decisivo. Pensad en qué vais a comer y en cómo vais a sorprender a vuestros invitados. Apostad por la frescura, por el origen y por los vinos que, de un modo u otro, os hayan llamado la atención.
Olvidaros de las normas establecidas. Los blancos para los pescados, los rosados para los arroces y los tintos para la carne. Cread vuestra línea de conducta. ¿Y si probamos un vino joven de Mencía para un pescado al horno? ¿O un godello con un botillo? Claro, y si es Peique ya sería perfecto.